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Cómo hacer una carta de bebidas para tu bar o restaurante

Aprende a crear una carta de bebidas para tu bar o restaurante

Artículo escrito por: Somos Nexho, El aliado de la hostelería.

31-10-2024

¿Cuenta tu negocio hostelero con una carta de bebidas? Si tu respuesta es “no”, continúa leyendo para tener claros los consejos que te damos para hacer una carta de bebidas atractiva para tu clientela. Y si la respuesta ha sido “sí”… ¿En qué formato la tienes? 

 

Si no es impresa en papel, o en uno de los más modernos QR, quizás está escrita en una pizarra en la contra barra, o en otro lugar que sea bien visible dentro de tu establecimiento, quizás pegada a los servilleteros o, incluso, en el propio mantel de papel… En cualquier caso, en este artículo recogemos recomendaciones que, seguro, pueden ayudarte a mejorarla. ¡Vamos allá!

 

¿Qué bebidas incluir en tu carta?

Vamos con el primer caso. Está claro que, si el hostelero tiene un restaurante, al que sus clientes acuden a comer o cenar, la primera carta en la que pensamos es la que contiene toda la oferta de comida, que muchas veces aglutina también los postres y las bebidas. En otras ocasiones, las elaboraciones dulces tienen su propia carta, la “carta de postres”, igual que las bebidas, reunidas en la “carta de bebidas”.  

 

Esa es una primera opción, que la carta completa tenga, sencillamente, categorías: “entrantes”, “primeros”, “segundos”, “raciones”, “para compartir”, o el nombre que encaje mejor con tu oferta culinaria, y que, dentro de ella, haya una categoría de “bebida”. Este caso solo es recomendable si las referencias son escasas, es decir, si hay pocas bebidas a la venta y podemos recopilarlas claras y en orden sin mucho esfuerzo, por su reducido número. En ese caso, lo mejor sería listarlas en orden por tipo de bebida (por ejemplo, primero bebidas sin alcohol y después con alcohol, aguas, refrescos, bebidas alcohólicas, cafés y tés, licores…).

 

Sin embargo, si tu oferta de bebidas es más amplia, lo recomendable es que tenga su propia carta, dentro de la cual establezcas categorías, pudiendo ofrecer un contenido un sentido lógico para el comensal que, tras recibirla al ser bienvenido en su mesa, tenga fácil avanzar en ella y decidir qué quiere beber. Aquí el diseño es importante, pero recuerda que no hay nada más importante que la claridad: un buen diseño y un contenido desordenado no mejorarán tus ventas, mientras que un diseño sencillo y un contenido bien organizado tienden a dar mejores resultados.

 

Si nuestro negocio no es un restaurante o un establecimiento en el que el core de negocio es la comida, si no la bebida, ¡por supuesto que tendremos que tener una carta propia para este tipo de elaboraciones! Por ejemplo, en una cafetería, además de todas las variedades de café y sus elaboraciones, deberás incluir el resto de bebidas disponibles: tés, refrescos, aguas…

Si tu caso es el de una coctelería, las primeras elaboraciones en tu carta de bebidas serán los cócteles, no hay duda, pero deberás incluir, también, en otras categorías, los destilados y otras bebidas alcohólicas que ofrezcas, así como las bebidas no alcohólicas que estén disponibles. 

 

Por supuesto, si hay alguna bebida que de un valor añadido a tu carta, porque sea de otro país, porque sea una bebida de reciente llegada al mercado, porque sea difícil de encontrar… ¡incluyela! No solo la cocina y el servicio o la decoración pueden ser valores de atracción de clientes en un negocio hostelero, ¡también podemos diferenciarnos y captar clientes a través de la bebida!


Categorías de bebidas


Cuando hablamos de categorías de bebida nos referimos, sencillamente, a establecer grupos de bebidas que comparten una característica por la que las podemos reunirlas juntas en un listado. 
Esta es una forma sencilla de establecer una estructura para nuestra carta, que harán que quien bebe, o sea, nuestro cliente, indague y encuentre de manera más sencilla la que será su elección. 

Antes poníamos el ejemplo de bebidas sin alcohol y bebidas alcohólicas. Puede que esta sea la división más sencilla y, de hecho, podría ser la que dividiera en dos grandes bloques de contenido nuestra carta de bebidas.


Pero si la carta es independiente y más amplia, se trata de una división muy vaga, ya que dentro de ambas categorías hay muchas bebidas que no comparten ninguna otra característica, por ejemplo, el café, el agua y los zumos no tienen alcohol y la cerveza, el orujo y un cóctel sí, pero necesitaríamos dividirlos entre sí antes de presentarlos al cliente.

 

Diferentes categorías de bebidas ordenadas, ilustración
Credit @rawpixel.com


Ideas de categorías para tu carta de bebidas

Como decíamos, si vamos a elaborar una carta de bebidas, deberíamos pensar en categorías más concretas. Cada una servirá de título para las bebidas que recoja debajo y deberemos ser siempre tan precisos como podamos. 

  • Hacer categorías pensando en el orden en el que, normalmente, se consumen a lo largo del día esas bebidas.

    Por ejemplo, agua, refrescos y otras bebidas no alcohólicas primero, las bebidas propias del aperitivo después, las que se servirían para maridar una comida o beber mientras se come y las que recomendarías al postre, de cierre. Si además tu carta tiene otras bebidas cuyo consumo se enfoca más en la sobremesa, como los digestivos, el café, el té… esas serían las que cerrarán la carta.

 

  • Que la categoría sea el nombre de la bebida en sí y esta reúna todas las opciones.

    Por ejemplo, “refrescos” o “cócteles” y todos los nombres de unos u otros incluidos en la carta.

 

  • En el caso de algunas bebidas, puede pasar que, después del nombre genérico, esta categoría se divida internamente si de esa misma bebida hay oferta de diferentes tipos

    Por ejemplo, VERMUTS y después “vermut rojo”, “vermut blanco”, “vermuts de grifo”, CERVEZAS y después “cervezas nacionales”, “cervezas extranjeras”, VINOS y después “vinos blancos”, “vinos tintos”, “vinos rosados”, “espumosos”, “generosos”, etc. 

 

  • Si el negocio hostelero está especializado en un tipo de bebida concreto, porque como decíamos, la bebida sea su oferta principal, deberá desglosar todas las opciones en su carta. En este caso, las categorías podrían establecerse por origen o variedad (en el caso de bebidas sin alcohol, como el café o el té) o, recuperando la idea de alcohólico – no alcohólico en el caso de cócteles, cervezas, vinos, etc. 

    Por ejemplo: Cafés según su origen o cócteles sin alcohol (como categoría dentro de una carta).
Clienta Consulta Carta En Una Cafetería Con Bebidas Sobre La Mesa
Credit @zinkevych

El toque final

  • Información adicional

Una vez organizado el contenido de tu carta de bebidas, puedes incluir una pequeña descripción de cada categoría, siempre que esto suponga un aporte de valor. ¿Qué queremos decir con esto? Pues que si haces zumos, por ejemplo, o batidos, en lugar de comprarlos, puedes añadir una pequeña línea de texto que así lo indique bajo el nombre de la categoría.

  • Alérgenos

Como en cualquier otra carta, no olvides indicar, en los casos en los que corresponda, qué bebidas contienen qué alérgenos. 

  • Precios

Y, para terminar, repasa la lista de precios e indícalos junto a cada una de las opciones que recoja tu propuesta de bebida. Si hay alguna de ellas que pueda llevar un incremento de precio porque se encuentre en varios tamaños, lleve extras o tenga más de una versión, no olvides incluirlo. 









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