Conoce las tendencias alternativas al plástico para tu bar o restaurante

En pocos años nos hemos sumergido en dos revoluciones que han cambiado nuestros locales, independientemente del tipo de formato. Adaptarnos a las consecuencias de la pandemia, incluyendo opciones de take away y delivery, supuso darles una vuelta a nuestros envases. Pero no vino sola.

Junto a ella, adelantándose a ciertos tiempos, una revolución verde ha puesto al plástico en el punto de mira en pos de un consumo más responsable, más ecológico y sostenible. Moda o no, la realidad es que lucir etiqueta verde en nuestros locales es una baza que puede ser rentable y nos permite subirnos a una ola en la que más tarde o más temprano vamos a tener que entrar.

Es el caso del mundo del plástico desechable con fecha de caducidad (tanto a nivel nacional como a nivel europeo con diversas leyes) que podemos encontrar en los envases de café para llevar, de palillos, de cubiertos; en las pajitas; en el menaje del take away; de botellas y vasos de plástico; bolsas de todo tipo, incluyendo las de basura; papel film… El plástico de un solo uso está más que presente y, por suerte, hay alternativas más sostenibles y biodegradables.

Los materiales del futuro

• Almidón de maíz (plástico ecológico PLA): la mejor alternativa, además compostable, ligero y biodegradable.
• Pajitas biodegradables: práctica si tenemos locales de comida rápida o donde tengamos una clientela especialmente joven.
• Utensilios de madera: elegantes, resistentes y perfectos para llevar.
• Desechables de cartón y papel: muchos ya proceden de materiales reciclables, así que ya son una alternativa ideal.
• Recipientes de hoja de palmera: biodegradable, compostable y de gran resistencia.
• Utensilios de caña de azúcar: perfectos para llevar, compostables, resistentes y mantienen muy bien la temperatura.

Sabiendo que la lista de la compra es larga, empecemos poco a poco y no nos volvamos del todo locos. Analicemos dónde es más rentable para nuestro negocio subirnos a esta ola verde y dónde va a tener más repercusión. Seguramente sea de cara al consumidor final, donde además podemos hacer una tarea didáctica de explicarle que estamos reduciendo el consumo de plásticos de un solo uso.

Lo más fácil así es reemplazar el menaje de un solo uso que podamos tener (especialmente vasos, platos y cubiertos, muy habituales en ciertos formatos de comida para llevar)

La baza de la conservación

No vamos a negar que el plástico tiene sus ventajas, principalmente precio, resistencia a la rotura y ligereza, pero también tiene riesgos más allá de lo sostenible. Uno de los más comunes que su durabilidad es menor que, por ejemplo, el acero inoxidable o el vidrio, razón por la que, en cuanto a almacenamiento y durabilidad, estos dos materiales le ganan por goleada.

También es importante que empezásemos a prescindir del papel film transparente, muy difícilmente reciclable, y que utilicemos otras alternativas tanto en este caso como en los envases herméticos con cierre zip, priorizando el uso de papel de aluminio, de papel encerado o en algo tan sencillo como valernos de una goma elástica para cerrar con una servilleta de tela o un paño de cocina nuestros frascos o botes.

Distinta baza debemos jugar en el congelador, donde podríamos optar por las tan de moda bolsas de silicona, fáciles de reutilizar, mucho más duraderas que el plástico, lavables y que además liberan menos toxinas y dan menos sabor que el plástico, además de conservar mejor los congelados. Su uso, cada vez más habitual, es un remedio perfecto para ser más sostenibles en cuanto a conservación se refiere.

Más allá de la cocina

El evitar el uso de plásticos no es solo una cuestión para tener en cuenta en la mesa o en la cocina. También está en nuestra mano minimizar su impacto en otras zonas de nuestro restaurante o bar, como pueden ser los comedores —intentamos que nuestra decoración, incluidos manteles individuales, por ejemplo, no sean de plástico—; los servicios o la forma en la que recibamos las mercancías o las almacenemos.

Por este motivo, no se trata solo de que nosotros seamos sostenibles, sino de encontrar proveedores que cumplan con esas mismas características. De poco o nada serviría pretender ser más verdes en nuestro local, pero que dependamos de terceros que no vayan en la misma sintonía.