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Seis consejos para mejorar la afluencia de público after office

Al final del día laboral, el after office es una excusa para encontrarse con amigos e incluso compañeros de trabajo. Pero ¿qué opciones hay?

Artículo escrito por: Somos Nexho, El aliado de la hostelería.

24-05-2020

Hay muchas horas pico en el trabajo de un bar. El horario 'after office' (después del trabajo) en días laborables del verano es una oportunidad tan buena como los fines de semana para rentabilizar al máximo un negocio y llenarlo de gente. Si quieres saber cómo sacarle partido, no te pierdas estas ideas prácticas para contentar a los clientes del 'after office' en verano.

 

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Con la llegada del verano, las grandes ciudades del interior empiezan a "deshabitarse". La mayoría de la gente huye a la costa o a la montaña para pasar los días de calor en un entorno diferente. Aunque no todo el mundo actúa de la misma manera.

De hecho, otros muchos se quedan estos meses en la ciudad por las obligaciones laborales. Pero después de salir del trabajo, hay una oportunidad única para hacer más llevaderos estos meses de calor y encontrarse con colegas y con amigos.

 

'After office' en verano: múltiples posibilidades


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Los 'after office' copiaron la costumbre de los estadounidenses de salir del trabajo y pasar por un bar a tomar algo, sobre todo en compañía de los compañeros del trabajo. Es un concepto que, en general, ha calado como una eficiente herramienta de gestión, orientada a cohesionar los equipos de trabajo, motivarlos y promover la identificación con la empresa.

Así lo explica Francisco Villarejo, experto en RRHH: “Es fundamental tener presente que las actividades en grupo generan una experiencia que estimula a los trabajadores de un mismo departamento, en el que las relaciones se hacen más humanas y menos laborales”.

Además, este tipo de salidas entre semana “también ayudan a que se genere una sensación de disrupción de la rutina, por lo que no solo se afianzan las relaciones entre empleados”. Tanto es así, que las puertas de los establecimientos abren en pleno julio y agosto para recibir a un aluvión de oficinistas que aprovechan el buen tiempo hasta casi bien entrada la medianoche.

“Es posible incluso que se consuma más que los fines de semana, por promociones como las happy hours, una de las actividades que ponemos a disposición de nuestros clientes con el fin de conseguir que acudan en masa hasta nuestros establecimientos”, reconoce Manuel Cortés, dueño de varias terrazas en Sevilla.

Hay distintas alternativas, en ningún caso excluyentes, que hacen que los clientes puedan ver tu establecimiento como la opción ideal para este verano. La cuestión es tener presente qué puedes implementar y, en caso de hacerlo, contar con todas las garantías para dar un servicio excelente. Estas son las seis ideas que te ofrecemos:

 

1. La música es fundamental (en vivo o con DJ)


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La música es un elemento importante en cualquier terraza que se precie. Estimula nuestros sentidos, nos vincula a momentos de felicidad y sosiego. Muchas de nuestras mejores experiencias están relacionadas con una banda sonora en concreto. La música, en definitiva, nos alegra la existencia y tiene el poder de producir sensaciones. Pero también dependerá del presupuesto que contemos, si podremos disponer de música en directo o de un DJ al uso que se encargue de amenizar las tardes del after office.

Del mismo modo, debemos tener claro qué función tendrá la música en nuestro establecimiento. ¿Desempeña una función de acompañante o es la protagonista indiscutible? En función de este parámetro podremos decantarnos por música en directo o por un DJ.

Si nos vamos al estilo, debemos pensar en la personalidad del local. Nos tenemos que preguntar por el tipo de negocio que somos. Si es un establecimiento de comida rápida donde queremos que el consumo sea veloz, debemos apostar por música con ritmo y moderna. Igualmente, si es un sitio de un carácter más discotequero, esta puede ser la solución.

Lo contrario pasa con los lugares tranquilos, donde la degustación de cócteles y platos cobra importancia. En este caso deberíamos disponer de un hilo musical relajante, que lleve al disfrute de forma pausada.

Obviamente, también tendremos presente el estilo del cliente. Según el público que acude a nuestro local, podremos adecuar la música a sus gustos. Con una clientela joven, deberás estar a la última en novedades pero teniendo cuidado de convertir tu local en una discoteca.

Si los clientes tienen una edad media podrás jugar con canciones de otras décadas y hacer que recuerden momentos de su vida. Lo mejor, en todo caso, es pedir opinión a los clientes de confianza para poder llegar a conclusiones que te hagan tener el aspecto melódico controlado.

Por último, tengamos en cuenta que es imprescindible interpretar los tiempos y manejar el equipo de sonido como si fueran los fogones de la cocina. En las primeras horas no se debe tener un sonido muy alto y es recomendable una música más relajada; pero según avanza la tarde, podemos ir animando el reproductor hasta subir el ritmo por la noche.

 

2. Pon en marcha la 'Happy hour' y notarás los resultados


Es una acción de marketing nada nueva, pero, sin embargo, se ha convertido en todo un imán para atraer clientes. Estas dos palabras inglesas han logrado atrapar un sentimiento de fiesta y de oferta, que consigue activar las ventas.

Es una técnica bastante sencilla. Consiste en reducir los precios de productos o servicios durante un corto periodo de tiempo, en el que no suele haber mucha actividad y tiene como fin activar las ventas en esa franja horaria.

La idea puede tener una vuelta de tuerca e incluso una extensión 2.0. ¿Qué tal si lo asociamos a una app de nuestro establecimiento? ¿O si hacemos que nuestros clientes se den de alta en una base de datos y con una contraseña puedan tener acceso a descuentos propios de la 'Happy hour' en especial?

En cualquier caso, la idea es atraer a través de los precios y a través de ese servicio de pertenencia y exclusividad al cliente, para que pueda venir hasta nuestro establecimiento y que la experiencia le acabe enganchando.

 

3. El 'table-sharing', la moda de hablar con desconocidos


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Es la llamada moda de las “mesas infinitas”, pero que vamos a denominar como table-sharing, que consistente en montar un mobiliario de mesas largas para compartir entre comensales que no se conocen de nada. En otros países europeos es muy frecuente encontrarse con sitios así, que poco a poco se van haciendo habituales en España.

Es cierto que la conversación entre unos y otros no es obligada, pero hay que decir que la disposición de los sitios da pie a hablar con quien tienes al lado e intercambiar opiniones sobre los platos que se degustan en la mesa. Y esa situación, lejos de parecer un inconveniente, en realidad es toda una ventaja, sobre todo si lo que buscas es un sitio para una quedada informal entre amigos.

El Mercado de la Reina (Gran Vía, 12), La Cantina de Matadero (Paseo de la Chopera, 14) Martina Cocina (Plaza de Cascorro, 11) o Inclán Brutal Bar (Álvarez Gato, 4), entre otros, son algunos de esos establecimientos que han visto en esta estrategia un filón para que sus clientes puedan compartir la mesa con nuevos comensales. Es una forma muy desenfadada de disfrutar de las propuestas gastronómicas.

De todos modos, advertimos, no es una moda que guste a todos por igual. Por ejemplo, Pintxo, redactor de Directo al Paladar, se queja de que el table-sharing “consiste en coger algo que ha existido toda la vida en otro tipo de sitios como por ejemplo sociedades gastronómicas, hospitales, comedores de colegios, etc., y traerla a la escena bajo un supuesto síntoma de glamour extraño”.

E insiste que no sabe qué tiene de glamour “estar comiéndose una galleta que te ha costado un euro escuchando la conversación de la persona que se ha sentado al lado, o del otro que está mojando un croissant en un café y salpicando todo”. Para gustos, los colores.

 

4. Espacios íntimos, también para conversaciones más formales


Es imposible tener una reunión de trabajo si la música está a tope o el establecimiento está lleno de gente. Hay clientes que tienen en cuenta el famoso dicho de “menos es más”. Y posiblemente este tipo de target es también interesante porque pueden aumentar el ticket medio de gasto en el establecimiento.

Los espacios más íntimos suponen un lugar fundamental para aquellos comensales que buscan un sitio más allá de diversión y esparcimiento. Buscan un lugar en el que poder trabajar fuera de la oficina, o en el que tener reuniones menos formales pero productivas en todo caso. Esto se puede traducir en espacios privados o comedores privados, que muchos restaurantes ponen a disposición de sus clientes.

Pero no pensemos en pocos comensales. También podemos disponer, si el espacio da para ello, de un área privada en las que poder acoger a una veintena de comensales para alguna ocasión especial, sin tener que ser una cena de Navidad ni una convención empresarial al uso. Es cuestión de poder ofrecerlo y, ¿quién sabe? Igual las nuevas propuestas acaban por dar sus frutos.

 

5. Apuesta por la gastronomía estival

 


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Es obvio. La gastronomía es una de las claves de cualquier bar o restaurante que se precie. Pero es cierto que muchas veces la carta no la modificamos, pase la temporada que pase. Y aunque nos cueste hacerlo, debemos tener presente que, con la llegada del verano no apetece tanto comer platos demasiado contundentes y calientes que nos dan más calor aún.

En general, el cliente en verano tiene menos hambre. Esto ocurre porque en invierno el cuerpo destina parte de la energía que consumimos a regular la temperatura del cuerpo para hacer frente al frío y con el calor el gasto energético para cumplir esta función es mucho menor. Como resultado de esto, en verano aumenta la preferencia por alimentos ricos en agua como la sandía, los melocotones, los tomates o los pepinos.

Gazpacho, ensalada de pasta, ensalada thai, pizza de sandía, tabulé… Dale vueltas a la cabeza y trata de ser original en tus propuestas. Al final, tus clientes te lo van a acabar agradeciendo. Y ¿sabes cómo? Volviendo todos los días que quedan de verano.

 

6. Buscamos la bebida perfecta


Es obvio. No hay bebida más perfecta que la cerveza. Es el producto estrella, sobre todo en verano. “La cerveza es una bebida tradicional que se contempla dentro de la dieta mediterránea”, apunta Jesús Román Martínez, profesor de nutrición de la Universidad Complutense de Madrid.

“Nutricionalmente, predomina la presencia de agua, algunas vitaminas del grupo B como el ácido fólico y algunos minerales que no son muy frecuentes en la dieta, como es el caso del silicio”, añade. Pero hay más, como dice el profesor Román Martínez, “desde el punto de vista de la salud, quizás lo más llamativo de la cerveza es su capacidad antioxidante, que se ha demostrado en numerosos estudios científicos”.

Hay una amplísima gama para elegir, desde la Mahou Cinco Estrellas, Cinco Estrellas Session IPA, de Cinco Estrellas Radler, Cinco Estrellas Sin Gluten, Mahou 0,0 tostada, Mahou Maestra Dunkel o Mahou Maestra Tostada, entre otras. Lo tendrás complicado si solo tienes que quedarte con una.

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Con el After Office hay distintas alternativas que hacen que los clientes puedan ver tu establecimiento como la opción ideal para este verano.

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