Los nuevos horarios
Las ventajas de los horarios europeos frente a los horarios españoles.
‘Spain is different’ y nuestros horarios no iban a ser menos. Comemos tarde, hacemos largas sobremesas y cenamos cuando en el resto de Europa ya se han ido a la cama. ¡Pero esto puede cambiar! Han surgido diversas voces que abogan por un cambio de horario y recuperar los usos horarios que corresponden a la península ibérica: los del meridiano de Greenwich… ¿qué repercusión tendría dentro de la hostelería el cambio de horario?
Nuestros horarios impiden la conciliación laboral y familiar, tenemos menos productividad, menos horas para el ocio y dormimos menos horas de las recomendadas. En 1942 Franco asumió el mismo uso horario que Alemania. Esta medida, sumada al pluriempleo de la posguerra, hizo que nuestros horarios se modificaran de forma permanente.
Actualmente el Congreso sobre la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe) estudia medidas y propuestas para modificar nuestra jornada. Varios especialistas afirman que si adaptamos nuestros horarios a los del resto de Europa ganaríamos en calidad de vida. Bastaría con hacer una pausa más breve para comer y modificar el ‘prime time’ de la televisión.
El cambio de horario tiene ventajas e inconvenientes. Podría desaparecer la jornada partida a favor del horario intensivo. De esta forma aumentaría la cuota de tiempo libre. Pero, sobre todo, supondría reestructurar el tiempo de ocio.
¿Y cómo se podría llevar a cabo ese cambio de horario? Pues la respuesta es muy sencilla: bastaría con no modificar el horario durante la primavera. Esa hora que se “resta” al reloj con la llegada del buen tiempo y de los días más largos no desaparecería nunca. Así que nuestros horarios y nuestros organismos se ajustarían de forma más adecuada a los horarios solares.
Argumentos en contra
Sin embargo, si hay argumentos a favor, también hay voces en contra. Las costumbres adquiridas durante décadas pueden ser difíciles de modificar. Y el ocio marca también los horarios: en España está arraigada la costumbre de hacer vida social en la calle por la tarde, hasta la hora de cenar, y el hecho de acostarse tarde.
También hay quien sostiene que el cambio de los horarios afectaría a una de las características de la ‘marca España’: las comidas largas y el ocio nocturno.
Las horas de las comidas:
El reparto horario, siguiendo el uso británico sería el siguiente: levantarse a las 6:00, desayunar a las 7:30, almorzar entre las 12:00 y las 14:00, merendar a las 17:00 y cenar a las 20 horas.
En hostelería también se ajustarían las planificaciones. Entre otras ventajas está la racionalización de los horarios de comida y cena. Esto puede ganar interés en las zonas turísticas donde los locales deben ampliar los horarios de cocina, bar y comedor para poder cubrir todas las necesidades de los visitantes. El horario de apertura de un restaurante racionalizado con los usos de Greenwich, por ejemplo, podría situarse de las 12:00 horas del mediodía a las 23:00 horas de la noche.
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