Ideas de tapas para cerveza
Con la llegada del verano el ambiente se traslada a las terrazas y las tapas cobran protagonismo.
Llegó la hora de cambiar las estufas por las sombrillas en las terrazas de bares y restaurantes. Y de incorporar a la carta esos alimentos de temporada destinados a combatir el calor, como la sandía y la lima. Incluso en forma de tapas, las auténticas protagonistas de esas tardes y noches de verano que se alargan.
En verano, la hidratación es fundamental. Aunque afortunadamente, la estación viene de la mano de algunas de las frutas y hortalizas con mayor contenido en agua, como el melón (80% agua), la sandía (95% agua) y el pepino. Incorporar estos ingredientes con imaginación y creatividad supone crear tapas y bocados que pueden llegar a ser casi tan refrescantes como una cerveza bien fría.
Como los que proponemos en estas seis recetas frescas y veraniegas. Bocados refrigerantes y basados en las bondades de la Dieta Mediterránea con los que premiar a ese vecino que vuelve del trabajo y a ese viajero sediento tras una larga caminata. Elaboraciones clásicas —como los gazpachos o las ensaladas— reinterpretadas con un toque de originalidad.
El nuevo melón con jamón
Betacarotenos de acción antioxidante, vitamina C, potasio, sodio… El melón concentra una enorme cantidad de nutrientes que además aporta con un sabor suave, dulce. Pese a que su presencia en la mesa se suele limitar al postre, sus posibilidades gastronómicas son más extensas. Como demuestra esa receta tan patria que es la del melón con jamón.
Lo que proponemos es una nueva lectura del plato para darle un toque de singularidad y convertirlo en una sabrosa tapa. Para ello, hay que adecuar la receta al formato. Gracias a las cucharas de porcelana para servir aperitivos, se puede reducir esta propuesta culinaria a pequeños y deliciosos bocados: una esfera de melón envuelta en una loncha de un buen jamón serrano.
Debido a la dulzura de su pulpa, la variedad de melón Cantaloup suma muchísimo más sabor a la receta. Y los cristales de menta le dan un frescor único al plato. Un contraste entre dulce y salado que se resuelve en equilibrio en la boca. De ahí que melón y jamón hayan maridado siempre tan bien.
Reinterpretando los clásicos: gazpachos y salmorejos de sabores
El gazpacho andaluz es una de las recetas más tradicionales de la gastronomía española. Pero hace tiempo que el tomate, el pimiento y el pepino dejaron de acaparar el protagonismo en este tipo de elaboración para compartirlo con otras frutas y hortalizas. Ocurre también con el salmorejo, que admite en estos meses otros ingredientes como las cerezas.
Si, estas sopas frías de hortalizas forman una deliciosa combinación con las variedades de fruta estivales. Porque se pueden añadir fresas a un gazpacho base y convertirlo en una idea mucho más versátil. Se puede hacer que un gazpacho sea aún más saludables, gracias a alimentos tan nutritivos como la remolacha: una gran fuente de hierro, cardiosaludable y con propiedades anticancerígenas.
También, véase fresa y remolacha o incluso melocotón, cerezas (protagonistas también de otra relectura, el salmorejo de cerezas) y sandía. La idea siempre es la misma: añadir a ese trío clásico de hortalizas un punto de singularidad, aprovechando al mismo tiempo los frutos de la temporada. Para hacer aún más original esta creación, nada mejor que un formato vistoso, como la copa o el vaso de chupito. Y rematar el emplatado con unas hojas de hierbabuena, para que aporte su frescor natural.
Salpicón tropical
El salpicón de marisco es otra estrella del verano. Una suerte de ensalada del mar que resulta especialmente fresca gracias a sus hortalizas (la cebolla y el pimiento) que se incorporan en crudo a la receta. Aunque ya existe un salpicón clásico y tradicional (ese que forma parte del folklore culinario de Galicia) se puede partir del concepto y reinterpretarlo.
Es decir, adoptar el formato (en frío, con alimentos frescos y en crudo), pero sumándole un punto más de frescor y de dulzura, con frutas como el aguacate y el mango, ahora en pleno apogeo de sabor. Éstas son texturas y sabores que maridan a la perfección con el pescado, el otro gran protagonista del plato.
Para lograr una combinación perfecta, los langostinos y el salmón pueden sustituir aquí al rape y al pulpo.
Una ensalada diferente
Si hay una fruta versátil de temporada, esa es la sandía. Ya hemos visto que puede incorporarse a un gazpacho para darle un toque singular. Incluso podría sustituir al melón en la célebre receta en la que este se acompaña de jamón. Pero, además, también puede ser la base de una ligera y refrigerante ensalada de verano.
La combinación es muy simple: sandía en dados, pipas de girasol, cilantro, sal y aceite. Y variable: se puede cambiar el cilantro por menta y las pipas de girasol por semillas de sésamo o pipas de calabaza. O añadir queso feta. Pero la idea es la misma: lograr un contraste entre dulce y salado en una tapa que es al mismo tiempo un soplo de frescor.
Brochetas que son un soplo de aire fresco
Las recomendaciones generales de alimentación en verano pasan por reducir reducir la ingesta y hacer comidas muy ligeras. Por eso las tapas son las reinas de la estación. Pero tapa no es sinónimo únicamente de ensaladilla o de bravas. Se pueden incorporar a esa carta platos dignos de ser un principal, como una carne. Con el formato brocheta se consigue el objetivo: una ración más ligera y fácil de comer.
Para lograr que sean más veraniegas, basta con darles el toque adecuado de frescor, aunque se trate de un plato caliente. Una buena opción es acompañarlas salsa Tzatziki, típica de la cocina griega. Y una gran representante de las bondades de la Dieta Mediterránea, ya que se elabora a base de pepino, yogur (griego), zumo de limón, eneldo y aceite de oliva virgen extra y se adereza con unas hojas de menta picadas.
Ajoarriero con sorpresa
Cuenca es la cuna de este plato tan especial: una crema untable a base de bacalao, patata y ajo. Y es precisamente allí donde se han dedicado a darle una vuelta a esta mítica receta, atreviéndose a combinarla con un toque inesperado.
Pese a lo dispares que son las sensaciones que provocan en boca, salado y dulce son sabores que se complementan, que se potencian el uno al otro. Por eso resulta una gran idea combinar el ajoarriero con una mermelada. Y ¿qué mejor que el albaricoque, una de las frutas de temporada, para añadir ese punto de dulzura que tan bien casa con la salinidad del bacalao?
Para aumentar el nivel de impacto de esta reinterpretación de un clásico, en el restaurante Raff San Pedro de la capital conquense lo sirven en el interior de una trufa y también en un vistoso emplatado, acompañado de huevas de maruca.
La sensación de una buena tapa
En vinagreta, en mayonesa, marinando un tartar de atún o un carpaccio de pescado blanco… Hay cientos de maneras de incorporar la lima a esas creaciones en formato reducido. Y de combinarlas con otros alimentos muy recomendables durante la estación en detrimento de las carnes grasas, como es el pescado.
Por ejemplo, ofreciendo una tosta de boquerón y anchoa sobre una emulsión de lima. Los mariscos y los productos del mar en general se alían con gran éxito con este cítrico (y por tanto, rico en vitamina C), con un característico toque ácido que aporta una nota diferente al plato y con gran poder para combatir con frescura el calor de estos meses.
"En verano, la hidratación es fundamental. Aunque hay algunas de las frutas y hortalizas con mayor contenido en agua"
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